Botánicamente se sabe que el café es originario de la provincia de Kaffa, en Etiopía, país situado en el Este de África. Sin embargo, su historia se pierde en la bruma de los mitos.
Quienes tienen inclinaciones históricas e imaginación se remontan hasta los relatos del antiguo testamento, afirmando que eran granos de café los "granos tostados" que Abigail dió a David y Boaz a Ruth, muchos creen que era el "caldo negro" de los Lacedemonios, como eran llamados los Espartanos. Petrus del Valle, un viajero lejendario Italiano estaba convencido que el café era tan antiguo como la guerra de Troya y sugería que la "bella Helena, y las damas de la corte de Priamo, tenían la costumbre de ahogar las penas y calamidades traídas a su familia y a su país con una taza de café.