El café procede de un arbusto o árbol de hoja perenne que florece en las regiones tropicales y subtropicales del mundo entero. El árbol produce unas inflorescencias delicadas con aroma a jazmín y unos frutos en forma de baya o “cereza”. Dentro de cada “cereza”, protegidos por una pulpa y un pergamino, hay dos granos de café. Como se necesitan unos cuatro mil granos para elaborar una libra de cada café tostado, pocas mercancías son tan costosas en términos de trabajo humano.